lunes, 4 de julio de 2011

Las cartas.


Estaba solo cuando lo encontraron tirado junto a su cama. Al parecer el viejo había llegado borracho y tuvo un infarto o algo parecido escuche que le decían los médicos a su hijo mientras se lo llevaban – contaba al barrio doña Estela como el suceso de la semana.
La verdad es que no fue así como sucedieron las cosas. Al viejo no le dio un infarto. El se suicido, cortándose las muñecas luego de escribir tres cartas.
La primera carta era para su hijo a quien le decía que había sido su mayor orgullo. La segunda para su ex mujer a quien solo le pedía disculpas por no haber estado siempre. La tercera era para sus amigos de toda su vida y algunos colegas y escritores.
Hubo una especie de lo que al principio se creyó era una cuarta carta, pero no tenia destinatario. Era un escrito algo vago, cargado de fantasía, al parecer le hablaba a un fantasma que lo había seguido desde los 17 años, contaba que a veces desaparecía por años hasta que un día solo volvía a instalarse en su vida y se quedaba, algunas veces solo unos minutos, otros días e inclusive meses. Al principio el disfrutaba de esta compañía ya que tenia con quien charlar, pero al pasar los años el fantasma ya no quería charlar, cada vez volvía mas furioso y lentamente se llevaba todo lo que al viejo le hacia o le causaba alguna alegría.
“Un día solo vino y me impido rezar” los pocos que leyeron este escritos descartaron la posibilidad de que esto fuese una carta ya que el viejo nunca había sido una persona de fe, y mucho menos una persona que rezara. Me causo una gran tristeza, no podía imaginar que dolor debía causar alguien para recibir tal castigo.
Al final del escrito decía:



                         “Será largo el camino, eterno como el sueño que lo creo.
                         Pero no temeré a la oscuridad ya que pase mi vida en ella”

1 comentarios:

Blogger Barrena ha dicho...

Impresionante. Muy muy bueno.

7 de julio de 2011, 19:00  

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