lunes, 4 de julio de 2011

El mito de la Castellana.

   Cuenta un santo Cruzado de la época de Carlomagno, el de la dulce Francia, que por los pasillos de la sitiada Zaragoza se hacían ecos las historias sobre Bramimonda, la hermosa y noble esposa del Rey, pero aun mas ecos hacían los rumores sobre el verdadero amor de Marsilio. Su amor era una esclava Castellana que había sido vendida junto a unos leones y camellos que el Rey había comprado a un comerciante de la ciudad. En toda la ciudad nadie se animaba a pronunciar el nombre de aquella esclava, temerosos de que Bramimonda se haga eco y los mande a matar, solo la nombraban en susurro y siempre con algún sobre nombre.
   Cuando Carlomagno, el de la dulce Francia toma Zaragoza, ultimo reducto Sarraceno, conociendo las historias de esta mujer, envía a sus hombre a buscarla. Los mismo regresan tres días después sin noticias de aquella mujer, solo traen rumores vagos rumores, en la que la mayoría la involucran a Bramimonda como Verduga de aquella muchacha. El Rey manda a buscar a la misma, para este entonces exorcizada bajo la fe castellana y le pregunta:
      – ¿Que fue de que aquella muchacha Castellana?
      -  Nunca existió tal mujer – respondió Bramimonda.
-  ¿Como es posible? replico el Rey, si los rumores de ella llegaron hasta la dulce Francia.
-  Nunca existió mi Rey. Volvió a decir la ahora Cristiana Bramimonda y se marcho. 

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